Cuando tienes hijos tienes dos opciones. O te quedas en casa y no sales nunca o te lías la manta a la cabeza y te los llevas a todas partes.
Nosotros somos de estos últimos y hemos tenido dos anexos allí donde hemos ido.
Así que cuando un sábado tienes que hacer gestiones y tu suegra (bendita sea!!!!) se ofrece "voluntariamente" a quedarse con los enanos tienes que:
1.- Subir tempranito a los niños al coche.
2.- Llevar una bolsa llena hasta los topes de: ropa de recambio, aperitivos varios, pelis de dvd, tarjetas sanitarias y cualquier otra cosa que se te pueda pasar por la cabeza (por si tienen hambre, por si se manchan, por si hay un tornado ...).
3.- y cuando has llegado a casa de tu suegra salir corriendo cuando le hayas dejado a los niños, por si el tontolhaba del gen madre, le da por sentirse culpable.
Después de seguir estos pasos subes de un salto al coche y sales chirriando rueda!!!
Y si además de hacer las correspondientes gestiones (no era una excusa que era cierto!!) puedes escaparte con tu marido a comer por ahí pues entonces el día ya es redondo. Porqué yo me quiero mucho a los enanos, pero ya ni me acuerdo de cuando fue la última vez que fui a un restaurante y no me pasé el rato diciendo: "come con la boca cerrada" "no grites""aisss, te dije que hicieras caca y pipi antes de salir, grrrr" (os suena??)
Así que aprovechamos y nos fuimos a comer al pueblecito de Madremaya (bastante famoso este verano por el incendio de l'Alt Empordà, triste verdad).
Y como hace tiempo que no os recomendaba ningún restaurante, y al ir solos pude disparar fotos a mi gusto, aquí va!!
Es un restaurante precioso, pero es que además es un hotelito de lo más precioso (aunque de momento me conformo a salir a comer o cenar!!).
La atención del personal es exquisito y siempre te tratan con una cordialidad extraordinaria. En nuestra anterior visita, vinimos con los niños y la verdad es que se portaron muy bien con ellos.
Foto de la web del hotel
(Foto de su web)
Estos son los platos del menú de degustación. Es una maravilla para probar toda la cocina de La Plaça, pero la verdad es que es un menú bastante contundente, y aunque yo tengo un buen saque, reconozco que me costó acabármelo todo!!
Sopa de fresas y tomate.
Navajas con verduras y lima.
Foie con higos y moscatell.
Mar y montaña de gambas y carne de "perol".
Toro de atún con dashy y verduras.
Cordero con berenjena y chutney de mango.
Crema de limón, mascarpone y frutos rojos.
Buñuelos de chocolate, ñummmmmm!!!
Por supuesto, si el tiempo acompaña, lo mejor es tomar el café en la terraza.
Foto de su web.
Si queréis incluso podéis comer fuera, pero el día que nosotros fuimos había llovido y no apetecía demasiado arriesgarse.
Un café por supuesto con galletitas e incluso con cacahuetes garrapiñados.
Como podéis ver, no fuimos los únicos que decidimos tomar el café en la terraza.
Tanto la terraza como el resto del hotel-restaurante está lleno de pequeños detalles, que por lo menos para mí es lo que supone la diferencia.
Después del café, decidimos dar un paseo para poder bajar la comida, antes de volver a la realidad familiar.
No me digáis, que no os veis, paseando tranquilamente por aquí, ufffff, es una maravilla.
Y si encima el final del paseo te lleva a la piscina, pues eso ... sin comentarios, no??
Además durante el paseo puedes ver de donde salen todas las verduras que se utilizan en el restaurante.
Espero que os haya gustado el sitio y que os sea de alguna utilidad.
Besos.
I.