"- ¿y por qué no haces uno en Suiza?"
Esa pregunta me dejó llena de ilusión, de miedo, de nervios, de alegría ... y de una cantidad de emociones locas.
Cuando Marta me hizo esa proposición, cuando justo acababa el atelier-bistrot de l'Empordà, pensé que era el subidón del momento. Está claro que era un chute para mi ego, pero realmente lo veía como algo inacanzable. Ya se sabe, trabajo por cuenta ajena, niños, familia, bastante difícil todo. Además a quien le iba a interesar uno de mis atelier-bistrot en Suiza.
Nunca dejaré de estar agradecida a la suerte que he tenido con las personas que he conocido a través de Instagram. Y Marta es una de esas personas. Es un torbellino de ideas y de creatividad y cuando me confirmó que hacer un atelier en Ginebra no era un sueño, y que realmente había contactado con bastantes personas interesadas en apuntarse al taller, me di cuenta de que ese sueño se iba a cumplir gracias a ella.
Así que después de meses de trabajo, pensando en el menú, la papelería, los patrocinadores, la compra que había que hacer en Suiza, el transporte de materiales.... El atelier tenía fecha. El 28 de octubre.
Es una suerte que un grupo de maravillosas mujeres decidieran unirse a esta locura nuestra. Gemma (enesimaphotography), Carmen (enmodoswiss), Irene (irenericart), Carolina (loveeatcook), Maribel (mdadasilva), Lili (liligeneva), Isabel (isahoudiphoto) y Paloma (threekids.ch) se apuntaron sin pensarlo ni un solo momento.
Muchas de ellas hicieron un largo viaje en tren para llegar a Ginebra desde varios puntos de Suiza, y aun tuvieron tiempo de regalarnos los mejores croissants de Zurich. E incluso Carolina cogió un avión desde Madrid para compartir el finde semana con nosotras.
Y llegó el día 27 y me presento en Ginebra con una maleta que ya quisiera para ella la Piquer, con una lista de la compra interminable y con unas ganas de meterme en la cocina increíbles y de disfrutar durante horas de fotografía con personas que comparten los mismos intereses que tú.
Fue un viernes emocionante, lleno de carreras y de horas cocinando, charlando y compartiendo risas y nervios por igual.
El día del taller es un día emocionante y muy extraño. Preparamos la mesa, organizamos el material, preparas el café con unos nervios increíbles, pero de pronto suena el timbre y todo cambia. Risas y abrazos que entibian el corazón y hacen que ya no te acuerdes de porque estabas nerviosa.
El resto del día pasa volando, como siempre que uno disfruta de lo que hace. La parte teórica, la práctica y como no la comida y la charla compartida alrededor de una mesa. Son unas horas maravillosas que nunca se olvidan.
Por suerte no las olvidaremos nunca gracias a las fotos que nos hizo nuestra querida Olga (cerrandoplano), que desde un principio se apuntó a esta locura nuestra y no dudó en venirse hasta Suiza a fotografiar todos los momentos importantes del atelier.
Quiero dar las gracias también a Carla (latortuguitablanca) quien siempre me ayuda en el diseño de la papelería de los ateliers.
Y a Oli de Ventalló (olideventallo) que siempre colabora con nosotros, con sus maravillosos productos.
A Màrius (mariuscarbonell) que siempre está a mi lado apoyándome y alentándome con todas mi locuras.
A Philliphe y familia por acogerme en su casa y hacerme sentir tan bien cuando estoy con ellos.
Y por supuesto a Marta, ya que sin ella todo esto no hubiera sido posible.
Os apetece compartir un atelier-bistrot?? Taller de fotografía y comida rica alrededor de la mesa compartiendo risas y vinos?? Abrimos nuevas convocatorias??
Contadme!!
Contadme!!