La semana pasada estuve muy ausente del blog, pero tenía un motivo importante. Y es que no todos los años se hacen cincuenta años.
Y no, no los hacía yo, los hacía mi cuñado "el mayor"!!. Y su hija me pidió si podía ayudarla con el pastel. Y como le voy a negar nada si era la artífice de nuestra escapada a Londres. Si no hubiese sido por ella y por el bendito de su novio, por mis cuarenta me hubiese ido al Mac Donals con dos enanos de cinco años, jajajaja.
Así que como una es autodidacta y lenta por naturaleza, pues empecé a preparar el pastel dos semanas antes.
Desde que descubrí que los bizcochos se pueden congelar, y que incluso están más buenos en los pasteles de fondant, se me abrió un mundo.
Luego, poco a poco cada noche, hacía algo de la decoración en fondant, ya que es un trabajo laborioso y por experiencia si intentas hacerlo todo el mismo día, te puede dar un patatús.
Así el día de la celebración solo hubo que forrarlo con el fondant. Jaaaaa, por primera vez conseguí que no quedara ni una grieta ni un solo pliegue. Si es que Youtube vale un potosí, y la gente que sube tutoriales todavía más.
Y sin más, os dejo las fotos del "pastelillo". Bizcocho relleno con ganache de chocolate y mermelada de frambuesas. Todavía tengo que controlar el tema de las raciones, jajajaja!!
Hay que decir que el diseño me trajo de cabeza, porqué siempre había hecho pasteles infantiles y no tenía mucha idea de que hacer. Al final opté por algo bastante serio y me ayudó mucho que los colores de la fiesta ya estuvieran definidos.
Besos. I.