Buenos días!!!
Yo no se si es algo genético, hormonal o que al final no hay más narices que espabilar. Pero cuando eres madre, trabajas, llevas la casa y además intentas tener tiempo para ti no tienes otra que organizarte. Pero aissssssssss, inocentes de nosotras que vivimos en nuestra cómoda rutina y una llamada de teléfono de la guardería es como si te llamara el presidente de los EEUU desde el telefonillo ese rojo que sale en las pelis de espías.
Os cuento. Ayer a las 12:45 suena el móvil. Guardería del Marc. Yo tranquila, pienso que es la logopeda que confirma la sesión conjunta de esta tarde a las cuatro. Meeeeeeeecccccccc!!! Ilusa!!!!!! Si has tenido a tu otro hijo en casa una semana con conjuntivitis y anginas ... cuantas posibilidades hay de que te llame la logopeda!?!?!?!?!? Pues eso ninguna!!! Así que es su profesora diciéndome que el niño está a 38.5º!!! Horror!!! Le digo que le den el Dalsy y que salgo inmediatamente a buscarlo.
Aquí es donde automáticamente se pone en marcha el plan de emergencias del citado Master:
1ª. Llamada: Vuelvo a llamar a la guardería para que le comenten a la logopeda que no tendremos sesión esta tarde porqué Marc está pachucho. Lógicamente no está en el cole, es miércoles y la sesión es por la tarde (1 punto menos).
2ª Llamada: Llamo a Laura, la logopeda (hola Laura, que se que te pasas por aquí cuando puedes!!!). Ok, la anulamos.
3ª Llamada: Llamo a mi suegra para decirle que no llegaré a las 13.30h, que Marc está malo. Pero por una de esas cosas del universo, y que tienen en común todas las abuelas, se le acaba la batería. Suerte que ya le he comentado casi todo lo que tenía que decirle. Dudo en llamarla al fijo de casa, pero como el teléfono es nuevo no quiero liarla más.
4ª Llamada: Llamo a la consulta del otorrino para anular la visita que teníamos esta tarde a las 18h. Hoy no están por la mañana, tengo que acordarme de llamar por la tarde. Es defecto profesional y odio que la gente no llame para anular con antelación (porfa!!!!!! que las secretarias lo agradecemos!!!).
5ª Llamada: Llamo al número de la seguridad social para que me den hora en el Cap de urgencias para esta tarde. Una maquinita tocanarices me da hora para el viernes por la tarde. Como!?!?!?!?!?!? JO.........rrrrr que tengo al niño casi a 39º. Cuelgo sin despedirme de la maquinita de marras (las odiooooooo!!!).
6ª Llamada: Llamo directamente al Cap para ver si su pediatra visita esta tarde. Como era de esperar esta tarde NO visita. Puedo ir de urgencias a las 14 horas o a las 19 y hacer la cola pertinente. Grrrrrrrrr!!!!
7ª Llamada: Esta la recibo yo. Por otra de esas cosas del universo, mi suegra ha sabido hacer funcionar el fijo de casa y me llama para saber a que hora llegaré más o menos, para poder llamar a mi suegro para que haga la comida (evidentemente ella también tiene un master en organización, para algo es madre!!)
8ª Llamada: Llamo al Pediatra particular, Grrrrrr, no me acuerdo que no abrén por la mañana. Tengo que llamar a partir de las cuatro!.
9ª Llamada: Llamo a mi marido. Le cuento de una manera resumidísima que el enano está malo. Resumen: el Marc está con fiebre, voy al cole a buscarlo. Llamaré al pediatra e iremos los tres juntos esta tarde (No está mal no?? que poder de síntesis, jejeje). Oigo como se le ponen los pelos de los brazos de punta, aisss que peligra el fin de semana. Seguro que no se ha parado a pensar los ocho pasos anteriores a esta llamada (cariño, este post te lo dedico!!!!)
Todo esto en más o menos veinte minutos. Hay que sumarle: recogida del niño febroso y sin ganas de caminar, su madre cargada con una bolsa, el bolso, la mochila, el superparaguas y el niños de catorce kilos a cuello. Dos llamadas más pendientes para la tarde y visita pediatra.
Si las madres de hoy en día controlaran las crisis mundiales yo creo que nos iría mejor a todos.
Os dejo unas fotos de la otra camiseta que le llevé a Adri.
Besos
I.