Y es que me encanta la fotografía. Y me encanta cocinar. Pero si hay algo sin lo que no puedo vivir es en estar con mi gente sentada alrededor de una mesa. No hay nada mejor es esta vida que compartir ese tiempo con ellos. Y si es compartiendo una mesa bonita, mejor que mejor.
Se que muchos de vosotros cuando llega esta época del año os agobiáis y os ponéis nerviosos porque es imposible llegar a todo, porque nuestras casas y nuestras mesas son pequeñas o porque sencillamente no sabéis no por donde empezar a decorar una mesa.
Realmente es una cosa sencilla y divertida.
No soy una experta, ni pretendo dármelas de ello. Pero me encanta preparar mesas, y después de muchas preguntas, os voy a contar como lo hago yo. Sin secretos, jaja.
El primer paso es elegir que tipo de mesa queremos montar: sencilla, ornamental, moderna, clásica, rural ...
Esta vez he pensado en una mesa de navidad. Pero quien dice Navidad dice cualquiera de las fiestas que están al caer. Y no quiero una mesa demasiado recargada, ya que mi mesa de Barcelona no es demasiado grande y tienen que caber las croquetas, verdad Teté?
Una vez elegida la temática decidido esto voy a la paleta de colores. Si puedo evitarlo huyo del verde y del rojo, y no es que no me gusten, en absoluto, es sencillamente que para mi preparar la mesa es un juego, una diversión, así que es el momento de experimentar e innovar.
Es cierto que siempre parto de una base neutra. Todos mis manteles son blancos, beig, ocres, topo ... de esta manera siempre puedo jugar la baza del color en los accesorios.
También te diré que nunca compro manteles, nunca encuentro lo que busco y cuando suelo encontrarlo se me va de precio. Así que voy directamente a una casa de telas y compro el lino a metros. No hace falta saber coser demasiado a maquina como para no coser un rectángulo, por muy grande que sea. Si no tienes máquina, no sabes coser o no tienes tiempo, venden cintas termoadhesivas (esas que vienen con las cortinas de Ikea!!) que solo necesita un buen planchado para hacer los dobladillos.
El siguiente paso es el elemento central de la mesa, un camino. Bien puede ser de tela (liso o arrugado para dar más textura) como en en esta mesa que preparé para el pastel de chocolate. De madera como esta otra. O los más cómodos, con elementos vegetales como ésta o ésta.
Ahora que ya tenemos la base y el elemento central es el momento de registrar nuestros armarios, el trastero o los mercadillos de segunda mano. Soy una verdadera loca de este tipo de mercados y reconozco que más del noventa por ciento de mis cacharrillos los compró ahí por precios totalmente asequibles.
Platos, vasos, cuberterías y copas. Claro que sería ideal tener un juego nuevo cada año para poder variar. O incluso una de esas vajillas buenas de las que pasan de generación en generación, pero yo fui una de esas novias modernas sin ajuar!!
Así que mi cubertería, vajilla y cristalerías son de los más básico. Por eso uso todos mis accesorios de fotografía para decorar mis mesas, en mi casa no hay nada de "guardar".
Puedes usar cualquier cosa que te parezca: botes de cristal, platos para el pan, especieros ... No hace falta que todos los elementos sean iguales, puedes poner copas diferentes o platos desiguales. Lo único importante es que sigas la gama cromática que has elegido.
Lo que si que tengo son muchísimas servilletas. Hago lo mismo que con los manteles, compro el lino y los hago yo misma. Incluso últimamente he empezado a probar tintes naturales y quedan realmente geniales.
Y por último hay que añadir algún elemento que de volumen al conjunto: velas, candelabros, elementos decorativos, fruta (manzana, peras, granadas...) o flores (flores de algodón, hortensias ...).
Y así es como las hago yo, intentando que sea lo más sencillo posible y aprovechando cualquier cosa que tengamos en casa, el jardín o en el campo.
Ahora es cuando os estoy viendo por un agujero y veo que estáis diciendo que es más fácil cuando tienes una mesa grande. Pues tenéis razón, para que engañarnos!! Pero también es posible decorar una mesa bonita aunque sea pequeña.
Es cuestión de darle la vuelta a la idea. Lo fácil es pensar en poner pequeños elementos decorativos que se puedan ir retirando según la necesidad de espacio que tengas. Pero que te parece si cuando tenga la base y el elemento principal colocas los platos donde vas a servir los aperitivos directamente en la mesa y sigues con la decoración alrededor de ellos. Incluso puedes colocar los elementos por encima del camino!!
Según vayas cocinando puedes servir las comida en los platos que ya tienes dispuestos encima de la mesa. De esta manera podemos tener la decoración durante toda la comida sin necesidad de retirarla.
Y ahora os dejo la receta del bundcake más navideño del mundo mundial.
Bundcake de cava
Ingredientes:
3 huevos
125 gr de aceite de oliva
125 gr de cava
240 g de azúcar blanco
240 gr de harina
ralladura de limón
Precalentamos el horno a 180º. Engrasamos nuestro molde con aceite.
Mezclamos el aceite con el azucar hasta que sea una mezcla homogénea. Incorporamos los huevos y los batimos durante unos cinco minutos.
Tamizamos la harina y la añadimos a nuestra mezcla. Cuando ya lo tengamos iremos añadiendo el cava poco a poco y sin dejar de remover. Añadimos la ralladura del limón.
Vertemos la mezcla en el molde y llevamos al horno. Son unos 40 minutos pero como cada horno es un mundo hay que pinchar con un palillo hasta que éste salga limpio.
Dejamos que enfríe dentro del molde, ya que es posible que se rompa si intentamos sacarlo caliente.