Otro año más el tió, junto con el árbol de navidad, da el pistoletazo de salida para el comienzo de la navidad a los niños catalanes.
El tió es ese tronco con cara sonriente y barretina, que se pasa el mes de diciembre comiendo mandarinas, galletas, pan, e incluso chocolate, para luego el día 24 "cagar" regalos y chucherías a un puñado de niños que le cantan y le pegan con palos. Que vida más triste, jajaja y encima el pobre cumple con su deber y caga regalos como un loco.
Después de Nochebuena desparece hasta el año siguiente. Que así, entre nosotros, yo soy el tió y no solo no vuelvo a aparecer, sino que pido una orden de alejamiento. Porqué siiii, un mes a cuerpo de rey, pero no me pongo yo debajo de los palos de los energúmenos de mis hijos ni loca!! Pero él, vuelveeeeee cada año, aquí tenéis la prueba .
Este año, y como Adrià estaba preocupado de que no nos encontrara, el pobre tió, que es un santo, nos dejó un mapa para que lo pudiéramos encontrar.
La verdad es que muy complicado no estaba, ya que este año en vez de estar por la montaña, se había escondido en el campo, que además está mondo y lirondo, porqué ya lo han segado.
Como Marc no estaba muy por la labor, estos fueron nuestros guías.
Al final lo encontramos escondido en una arboleda. Emoción, nervios, tú lo coges de una pata, el otro lo estira de la barretina ...
Y aquí tenéis al pobre bicho!! otra boca más para alimentar durante todo un mes!!.
Ahora lo tengo en casa debajo del árbol, tapado con una mantita y con su platito al lado. Vamos a tratarlo bien que para el día 24 todavía quedan unos días!!
Besos.
I.
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