Buenas noches!!
El pasado jueves fue la fiesta de graduación de mi hijo Marc. Que noooo!!! que no ha acabado la carrera universitaria (tan viejuna no soy) sino que este año pasará a ir al colegio de los grandes!??!'!. Por suerte a la fiesta no tienes que ir con los tacones y la pamela, si no más bien con las chanclas y pantalones cortos, porque normalmente pega una chicha que no os podéis imaginar.
Lo tenían todo muy bien organizado, incluida la entrega de orlas, y además este año habían hecho una especie de recinto con jardineras de flores para que todo estuviera perfecto. Aissss, pobre AMPA, que ilusos, pensaban que cuatro plantitas iban a servir de algo cuando nuestros churumbeles salieran a recoger sus "licenciaturas". Además los pobres niños van a sufrir durante el resto de sus días el síndrome de la Esteban, porque eramos unos treinta padres con todo tipo de artilugios fotográficos (creo que incluso había alguno con aquellas cámaras que apretabas y salía un gusanito, por cierto yo tenía una cuando era chica, de color verde pistacho, aún me acuerdo ...) disparado como locos a cualquier cosa que se movía. Y claro entre que la mitad de los padres salían al "escenario" a recoger las orlas con los enanos y la otra mitad de los progenitores estábamos intentando fotografiar cualquier cosa decente, el recuerdo que tendrá mi gordito, es diez fotos movidas (entre empujones y resbalones en babas paternas), seis fotos de flores variadas (la de los maceteros-barrera, que por cierto acabaron mal, muy mal), cuatro culos (yo diría que todos femeninos, juas, juas) y una oreja, un pié y alguna otra foto que ni aunque me fuera la vida en ella podría identificar!?!?!.
Pero a parte de toda esto, los enanos se lo pasaron de miedo, más que nada con la fiesta del agua posterior y la merendola. Y finalmente alguna foto si que vale la pena.
Así que ya está nuestros pequeños, ya son oficialmente mayores!!!
Os dejo unas fotos de hace unos fines de semana.
Besos.
I.
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