En esta vida todo el mundo se merece una segunda oportunidad. Incluso las pobres coles de Bruselas. Son las parias de las verduras, y a pocas persona les gusta.
Reconozco que hace unos años no podía ni verlas, las encontraba muy fuertes de sabor y totalmente incomestibles. Pero claro no es lo mismo comerlas hervidas con un poco de aceite y un poco de sal, que mimarlas para que se conviertan en un éxito.
Os cuento como las hago yo a ver si vosotros también cambiáis de opinión.
Ingrediente:
1/2 kg de coles de Bruselas
4 tiras gruesas de bacon
2 puñados de avellanas crudas
Arándanos desecados (opcional)
2 cucharadas de miel
3 cucharadas de aceite de oliva
sal
pimienta
Precalentamos el horno a 220 grados.
Cubrimos nuestra bandeja del horno con papel de hornear.
Pelamos y cortamos nuestras coles y las lavamos bien. Las ponemos en un bol junto con las avellanas, el aceite, la pimienta y la sal. Mezclamos bien y las vertemos en la bandeja. La llevamos al horno durante 30 minutos.
Mientras picamos el bacon y lo sofreímos un poco en una sartén. Cuando solamente queden dos minutos de cocción, agregamos el bacon y la miel y dejamos que acaben de cocinarse. Las coles tienen que quedar crujientes por fuera pero tiernas por dentro.
Las retiramos del horno y las servimos acompañadas con los arándanos desecados.
Al llevar tantos "acompañamientos" normalmente las tomo como plato único.
Espero que a partir de ahora también os gusten!!
Me ha encantado esa combinación de ingredientes! Las probaré Inés!🙌🏽
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