Hay tradiciones que deseas que nunca se pierdan. A veces son tradiciones importantes y otras son pequeñas cosas que te transportan a momentos de tu infancia.
Eso es lo que me pasa a mi con estas roscas. Y es que es pensar en hacerlas y mis recuerdos vuelan a la cocina de mi abuela.
Aquella cocina con muebles empotrados de obra blancos con cortinillas de vichy blancos y verdes. Que olía a caldo, a pimientos fritos y a agua caliente con vinagre cuando tocaba limpieza.
El día que se hacían roscas era una fiesta. Abuela, madre, tías ... todas juntas en una minúscula cocina en la que nos colábamos un puñado de enanos toqueteando la masa, intentando hacer algún rosco que se pudiera sellar y echar a la freidora (lo de comérselo era otro cantar, jajaja).
Y como no quiero que eso se pierda en ningún momento, me encanta que mis hijos se metan conmigo en la cocina, para cocinar, para pintar (tenemos una pizarra gigante) para estudiar, o solamente para hacerme compañía. Estamos creando nuestros propios recuerdos.
Así que no hay nada que me apetezca más en Navidad, que hacer estas roscas de mi abuela.
Si os apetece probarlas, os cuento cómo. Tomad nota.
- 200 gr. de azúcar
- 100 gr. de aceite de girasol
- 600 gr. de harina de repostería
- 50 gr. de anís
- 3 huevos
- un sobre de levadura
- la piel de un limón (solo la parte amarilla)
- un pellizco de sal
- aceite para freir
Preparación:
Primero pongo el azúcar con la cascara de limón en el vaso de cuchillas de la batidora y lo pico lo máximo posible.
Pongo el azúcar en un bolw grande y le añado el aceite de girasol y lo mezclamos bien. A continuación incorporamos los huevos y lo volvemos a batir y por último le toca al anís.
En otro bol a parte, mezclamos la harina, con la levadura y la pizca de sal. Añadimos la mitad a la mezcla de líquidos, tamizándolo.
Lo ligamos bien y añadimos la otra mitad. Tiene que quedar una masa blanda pero que se pueda manejar con las manos. Si está demasiado blanducha podemos añadir un poco más de harina.
Para manipular la masa me pongo aceite en las manos. Hago churrillos, que no sean ni muy grandes ni muy finos, y los unimos en forma de aro.
A continuación las freímos en una sartén con abundante aceite caliente. Una vez doradas, las sacamos y las dejamos escurrir en papel de cocina.
Y finalmente las cubrimos con azúcar glas.
Espero que os gusten!
Hola, gracias por la receta, una pregunta por favor, que levadura ha usado: quimica o de pan? Y de quantos gramos? Gracias.
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