Estoy segura de que si te preguntan cual es la playa más famosa de Galicia, la primera que te viene a la cabeza es la playa de las catedrales.
Y no es de extrañar porque es realmente un espectáculo de acantilados agujereados por el agua del mar que durante años ha ido formando arcos, columnas y bóvedas de pizarra cubiertas de algas y percebes.
Para preparar nuestra visita nos dirigimos a la página oficial de turismo de Galicia
Allí descubrimos dos cosas: uno, si quieres pasear por la arena entre los arcos tienes que ir con marea baja. Y dos, si quieres acceder a la playa en temporada alta, tienes que hacerlo solicitando una autorización.
Así que, una vez informados de esto, lo que hicimos fue asignar un día de nuestro viaje (en nuestro caso, el primer día, ya que dormíamos en Asturias) para visitar la playa de las Catedrales.
Sabiendo esto, solo hay que informarse (dentro de la franja horaria que nos sea favorable) del estado de las mareas. Hay muchas páginas donde puedes consultarlo, nosotros lo hicimos aquí.
Una vez que ya tenemos elegido el día y el horario, solicitamos nuestra autorización para poder acceder a la playa.
Esto solo se tiene que hacer si la visitas en semana santa o desde el 1 de julio al 30 de septiembre, ya que el número de visitantes es altísimo.
La autorización es totalmente gratuita y puedes solicitarla en la página de la Xunta de Galicia (aunque ahora mismo está inhabilitada a causa del confinamiento por el coronavirus).
Te recomiendo, no dejarlo para el último momento ya que, hay un cupo máximo de personas por día.
Y te puedo asegurar que es un cupo altísimo, no sé las cientos de personas que había en la playa!! Muchas, muchísimas, yo diría que demasiadas. La playa en si nos encantó pero al mismo tiempo nos agobió bastante y nuestra visita fue más bien corta. Pero estoy segura que volveremos fuera de temporada para disfrutarla realmente como se merece.
Ya os contaba en el post de nuestro itinerario por Galicia que la primera noche la hicimos en Playas de Luarca. Realmente está a 15 minutos de Playa de las Catedrales. Y nos dio la oportunidad de volver a Luarca, después de muchos años y disfrutar de nuestra primera cena norteña... pero eso ya os lo cuento otro día!!
Que fotos tan bonitas, Inés. Y que niños tan lindos...
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