En mi casa, los desayunos entre semana van a temporadas.
Mi marido y yo somos de café mañanero y para de contar. Pero los niños van a épocas. Días que no quieren nada más que la leche y otras mañanas que si te descuidas se comen a su madre por los pies.
Para la hora del recreo lo tenemos fácil porque siempre quieren bocadillo. El problema viene cuando tienes que pensar en que darles para comer a las siete de la mañana.
De fruta mejor ni hablamos, porque ya me han dicho que se la coma Rita. Y por mi parte me niego a que coman bollería industrial todos los días.
Así que para llegar a un termino medio me he pasado una buena temporada buscando, entre mis libretas, recetas de desayuno lo más saludables posible, pero sin perder el gusto.
Porque he probado cosas con la etiqueta "healty" o "saludables" que en poco se diferenciaban con el cartón-piedra.
De momento, en el congelador, tengo cortado a rebanadas individuales bizcocho y banana bread. Solo hace falta, cada noche, decidir que desayunar y sacarla para que se descongele.
Pero lo que buscaba era la receta de unas galletas de avena que fueran lo más sanas posible, pero que siguieran pareciendo galletas.
Y después de probar varias recetas, me decidí a preparar las mías.
Si os apetece probarlas, os dejo la receta.
Ingredientes para unas 15 galletas
115 gr de avena en copos
130 gr de harina de garbanzos
1 cucharada de pasta de almendras
90 gr de azucar moreno
100 gr de aceite de girasol
1 pizca de sal
40 ml de agua
una cucharadita de levadura en polvo
50 gr de chips de chocolate negro
50 gr de chips de chocolate blanco
50 gr de nueces peladas
En un bol mezclamos la avena, la harina de garbanzos, el azúcar, el aceite, la sal, el agua y la levadura en polvo.
Cuando esté bien integrado dividimos la masa en dos.
En un bol añadiremos la pasta de almendras y los chips de chocolate blanco.
Y en el otro los chips de chocolate negro y las nueces peladas.
Hacemos bolitas y las disponemos en nuestra bandeja del horno cubierta de papel para hornear. Las chafamos un poquito, pero solo un poquito, porque tienen que quedar gorditas.
Las introducimos en el horno precalentado a 180 grados durante 25 minutos. Si vemos que antes de este tiempo se empiezan a dorar los bordes, hay que sacarlas.
Las dejamos quince minutos en la bandeja y después las pasamos a una rejilla para que se enfríen del todo.
Podéis guardarlas en un bote, pero no se si os durarán demasiado tiempo, ya que estas galletas vuelan.
Espero que os gusten!
Unas fotos preciosas Inés, que evocan un momento y ambiente tan acogedor. Un besito que me llevo una.
ResponderEliminarVirginia
Maravillosa receta, la.pasta de almendras la compras o la haces? .e puedes decir como???
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir siempre.
Noelia.