Aún recuerdo como se vivía la Semana Santa cuando era pequeña. El día de la palma (domingo de ramos), estrenando vestido a juego con mis hermanas y calcetines calados hasta la rodilla con sandalias. Y como no la palma llega de caramelos de azúcar de color blanco y rosa.
Las películas bíblicas y eternas en la tele con mis abuelos. Los buñuelos, las torrijas, las flores y los pestiños a todas horas.
Todo eso lo hemos ido perdiendo con la edad, pero hay costumbres que no se pierden nunca, aunque si que es verdad que hemos ido cambiando el formato.
Mi primera mona fue la clásica con el huevo cocido en el medio. Debía de ser yo muy pequeña. Después pasamos a las monas con figuritas de chocolate.
Más tarde, cuando trabajaba en una pastelería, para sacarme un dinerillo mientras estudiaba, volví a reencontrarme con esas maravillosas monas tradicionales que pasaban desapercibidas entre las enormes monas de chocolate.
Y cuando nacieron mis hijos, decidimos desde el principio que las monas las haríamos en casa. Un bizcocho, un huevo de chocolate, muñequitos, plumas y pollitos.
Es un planazo, nos reunimos con todos los peques de la familia, sacamos plumas, huevos .... y ellos mismo montan su propia mona. No puede ser más divertido !!
Y este año después de probar el broche de mascarpone de Un pedacito de cielo tenía claro que iba a ser elegido para hacer nuestra mona este año.
Así que si vosotros también queréis apuntaros al plan, tomad nota.
Ingredientes:
520 gr de harina de fuerza
80 gr de azúcar glas
250 gr de queso mascarpone
120 gr de leche templada
1 huevo mediano
20 gr de levadura fresca
5 gr de sal
un huevo batido para dar brillo a la masa
un huevo batido para dar brillo a la masa
Las cantidades son para un molde de 26 cm, pero yo lo hice en dos moldes más pequeños (18 cm).
En un bol, batimos con la batidora de mano, el queso, el huevo, el azúcar y la leche hasta que esté ligado.
Troceamos la levadura, y junto a la harina y la sal la añadimos a la mezcla del queso. Amasamos con las manos hasta que tenga una textura suave y no esté pegajosa.
Hacemos una bola y lo dejamos reposar en el bol cubierta por un paño húmedo hasta que doble su tamaño, lo ideal es dejarla en un lugar que no tenga corriente de aire y que sea cálido. Mi masa tardó una hora y cuarto en subir.
Engrasamos el molde y reservamos.
Engrasamos el molde y reservamos.
Cuando pase ese tiempo, desgasificamos la masa apretándola con los dedos. La sacamos a una superficie plana y la vamos dividiendo en bolas iguales. Las redondeamos y las ponemos en nuestro molde. Las volvemos a tapar y dejaremos que vuelvan a doblar su volumen.
Precalentamos el horno a 190 grados.
Los pintamos con el huevo batido, con delicadeza y los llevamos al horno durante 30 minutos, hasta que esté dorados.
Os puedo asegurar que es una maravilla!! Uno lo comimos en el momento y el otro lo envolvimos bien con papel de film y nos duró varios días en una caja de hojalata.
Espero que os guste.
Receta apuntada...ahora sólo queda hacerla. Gracias por compartirla !!!
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