Sueño muy a menudo con viajar. Con viajar como viajábamos antes. Sueño con lugares que ya he visitado e incluso con lugares en los que no he estado nunca. Y a falta de poder hacer ningún viaje de momento me consumo mirando fotos de antiguos viajes.
Y es la excusa perfecta para compartir algún viaje que se quedó en el tintero. Y uno de ellos, de los bonitos de verdad, fue Irlanda. Estuvimos hace dos años y volvería mañana mismo.
Hoy os cuento la ruta que hicimos, por si eres de las mías y sigues soñando con nuevos viajes.
Primer día. Llegamos a Dublín desde Barcelona y directamente desde el aeropuerto cogimos un coche de alquiler para ir hasta la region de Cork, en concreto a Bantry. Son unas cuantas horas de carretera, pero era la mejor y la más económica combinación que encontramos. La mayor parte de la distancia se hace por una autopista que está en perfectísimo estado. Genial para recordar como se conduce por la izquierda.
Llegamos a nuestra casita en Bantry justo a la puesta de sol y la sorpresa de los alrededores de la casa se mantuvieron hasta el día siguiente. Ya os haré un post aparte donde os contaré donde tuvimos la suerte de alojarnos y donde comimos.
Segundo día. Hicimos una ruta por la Península de Beara, mucho más tranquila que el Anillo de Kerry pero igual de preciosa y salvaje. Llena de playas y acantilados, y salpicado de pequeños pueblos y por supuesto ovejas por todas partes.
Nosotros llegamos hasta el pueblo de Allihies donde se encuentra el museo del cobre.
Por la tarde, al volver a casa, nos desviamos de nuestro camino para visitar el parque de Gougane Barra. Y menos mal que lo hicimos, fue como meternos de lleno en un entorno de cuento.
Y eso que cuando llegamos llovía y hacía un aire gélido, que a pesar de ir bien abrigados, nos hizo la visita un poco más difícil de lo normal.
Tercer día. Lo pasamos en el Killarney National Park.
Está lleno de rutas para recorrer pie, cascadas, riachuelos, lagos ...
Incluso el castillo de Ross
Y la actividad del día fue recorrer la carretera de Gap of Dunloe en un carro de caballos, y es que cuando vamos de viaje intentamos hacer actividades que sabemos que a los niños les va a gustar.
De aquí nos dirigimos a nuestra nueva casita en Fanore.
Cuarto día. Primer intento a los acantilados de Moher. Pero como la niebla lo cubría todo, cambiamos de planes y nos fuimos a visitar el castillo de Dunguaire.
La siguiente parada es la Abadía de Concomroe, un lugar tranquilo y que transmite mucha paz.
Y para acabar de rematar el día, aprovechamos para dar un paseo por el centro de Galway.
Quinto día. Fue uno de los días que más aprovechamos, pero es que lo estábamos pasando tan bien que no teníamos ni ganas de volver a casa.
Volvimos a intentar visitar los acantilados de Moher, pasando antes por el Burren.
Y por fin pudimos disfrutar de los famosos Cliff of Moher.
Y de ahí fuimos a recorrer la región de Connemara.
Con una parada en Roundstone, donde aprovechamos para comer marisco delante del mar.
Y que mejor para bajar la comida que un rato de juegos en una playa de coral que encontramos en Mannin Bay.
De vuelta a casa paramos en Derryclare Lough, que está en el valle Inagh rodeado de turberas.
E incluso tuvimos fuerzas de ir a la playa de Fanore que teníamos cerca de casa! un día intenso pero de los que valen la pena.
Sexto día. Fue el momento de dejar nuestra casita de Fanore para viajar hacia el norte de Irlanda. De camino hicimos una parada para conocer Clonmacnoise
Una vez instalados gratamente en la casita de Seamus nos fuimos a visitar Eniskillen y a cenar en un pub, mientras escuchábamos música en directo.
Séptimo y ultimo día de ruta. De camino a la Calzada del Gigante, pero como buenos seguidores de Juego de Tronos hacemos una parada para recorrer la Dark Hedges.
Y el viaje llega a su fin con la vista de la Giant Causeway.
Al día siguiente solo fue de trámite para llegar al aeropuerto y volver a Barcelona.
Espero que os haya gustado la ruta, si es así, ya os explicaré alguna de las regiones con más detenimiento.
No subestimes la importancia de conocer los requisitos de tu aerolínea antes de volar. Desde el equipaje hasta la documentación, estar preparado asegura un viaje sin contratiempos. ¡Planifica con antelación!
ResponderEliminar