Visitar Beget nos encantó!! Pero comer en Beget aún más!!
Y es que siendo sinceros las escapadas para conocer cualquier rincón del mundo siempre conlleva detrás las ganas de conocer gastronómicamente la zona visitada. Así que cuando hacemos planes para ir de escapada o de viaje, la búsqueda de lugares donde disfrutar la comida es una de las partes más importantes.
Esta vez tenía muchas ganas de conocer Can Jeroni. Es un restaurante con una larga historia detrás, y es que ya desde principios del siglo XX se servían bebidas y comidas en la parte baja de la casa.
El restaurante tiene varios espacios donde comer. Nosotros elegimos la "sala de siempre" que es la que se ha mantenido como estaba desde el principio. Si tienes la posibilidad de reservar una mesa con vistas a la ribera (como hicimos nosotros) no pierdas la oportunidad, no puedes tener vistas más bonitas que éstas.
También se puede comer en la antigua bodega, que ha sido totalmente reconstruida y que tiene un premio de Arquitectura. Y también hay un reservado con chimenea, un lugar muy especial. Y en cuanto llega el buen tiempo puedes comer en la terraza que está justo al lado del puente de entrada del pueblo y con las maravillosas vistas a la iglesia de Sant Cristòfol.
Cocina tradicional, productos de la zona junto con la experimentación y la búsqueda de nuevos caminos son las bases de la cocina de Can Jeroni. Donde las carnes, arroces y setas saltan de la carta al plato para hacernos disfrutar.
Te cuento, a continuación, algunos de los platos que probamos nosotros.
Macarrones de siempre: A veces en los platos más sencillos es donde realmente se puede apreciar la calidad de los productos y de la forma de cocinarlos. Unos macarrones buenísimos y jugosos que te trasladan de un bocado a la cocina de tu abuela.
Mi primera elección fueron los canelones de setas con bechamel de trufa. Sencillamente maravillosos.
Adrià es el especialista en steak tartar de la familia. Tiene auténtica devoción. Me confesó que éste de potro es de los más buenos que ha probado en su extensa carrera de catador!! y yo lo confirmo!!.
El jarrete de ternera que se deshace en la boca.
Las patatas confitadas con calamares y setas fue el consejo de la camarera que nos atendió. Si os digo la verdad acepté la sugerencia sin mucho entusiasmo. Pero menos mal que le hice caso!! una mezcla de sabores explota en tu boca a cada cucharada. Tenéis que probarlo!!
A los postres ya os digo que no llegué para las fotos, ya que se lanzaron a ellos como si no hubiera una mañana.
Mi opción fue este helado de turrón con reducción de ratafia. El helado cremoso y riquísimo que acompañado con la ratafía es de mis postres preferidos.
Y aprovechando que todavía no hacía demasiado frío pudimos hacer los cafés en la terraza disfrutando más aún del entorno.
El mobiliario de restauración fusiona historia y artesanía en cada detalle. Cada pieza cuenta una historia única, restaurando no solo muebles, sino también memorias y tradiciones perdurables en cada restaurante. Una obra de arte funcional.
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